En conversación con Estudiantes INNOVA, David Sáez Ávila aseguró que “en los últimos años vivimos una revolución absoluta de la mano de la irrupción del análisis de datos en el deporte”, que también se ve reflejada en los Másters dictados por Sports Data Campus.

David definió a la utilización de los datos como “un ecosistema”, porque “implica lenguajes, herramientas, softwares, programación, proveedores de tecnologías, etcétera. Cuando un club lo pone en práctica, se obliga a trabajar de una forma científica para explotar y poner en valor los datos que esto genera. Todas las variables que se coloquen dentro de un ecosistema analítico permiten generar ventajas, no sólo en el área deportiva”.

Por su parte, Lucas Bracamonte expresó que “el objetivo del Big Data dentro del mundo del deporte tiene que ver con la eficacia y el impacto en las decisiones. Desde la educación de Sports Data Campus generamos perfiles que, aplicando técnicas de Big Data, interpreten y manipulen datos para entregar conclusiones a quien tomas las decisiones”.

El CEO de Sports Data Campus señaló que existen tres elementos fundamentales en los que se enfoca el análisis de datos para producir una evolución en el deporte: el rendimiento físico (Sports Science), el análisis técnico-táctico y el scouting, mediante la aplicación de filtros específicos.

Trasladándolo al fútbol actual, muy profesionalizado y con atención a los detalles, explicó: “Todo el staff necesita herramientas de máximo nivel para hacer el trabajo de la forma más óptima posible. Ahí es donde entra el uso del dato y la analítica avanzada. Desde nuestro lugar, hemos contribuido al desarrollo del fútbol de una manera científica. El análisis de datos y el Big Data son un integrante más de un cuerpo técnico. No aprovecharlos es estar en inferioridad. Permite aportar valor y encontrar una pequeña ventaja competitiva”.

Por otro lado, Bracamonte detalló los progresos resultantes de la alianza entre Sports Data Campus con el Departamento de Datos de nuestra institución: “Trabajamos sobre cuatro áreas: nutrición, captación, readaptación y física. El proyecto de inicio fue el de nutrición, en conjunto con el sector de infraestructura de Estudiantes, que tiene un gran nivel tecnológico. Puntualmente nos centramos en la parte antropométrica (ciencia que mide la estructura física y nutricional del jugador), desde infantiles hasta primera división. Trabajamos a nivel plantel, individual y evolutivo. Luego vino la etapa de capacitación, para saber manejar los datos obtenidos y conseguir una trasferencia de conocimiento desde el Departamento de Nutrición hacia otros sectores. No sólo fue un proceso de investigación y digitalización, sino que se implementa a diario en toma de decisiones”.

Ambos expertos destacaron que cualquier club puede (en mayor o menor medida) profesionalizarse a través de los datos, independientemente de los recursos económicos o la categoría. No hace falta dinero para un proveedor de datos, sino que se pueden generar los propios. Y no se requiere una gran infraestructura para montar un software o un sistema complejo; basta un mínimo uso de la tecnología, como grabar los partidos y entrenamientos para un posterior estudio. Allí es donde aparece la Smart Data: el uso inteligente del dato.

Además, Sáez Ávila habló sobre la relación entre los datos y la inteligencia artificial, y contó en qué instancia se encuentra la aplicación de la IA en el entorno deportivo: “No se puede entender la inteligencia artificial sin el análisis de datos. El salto de una cosa a la otra depende de los modelos que se utilicen. Cuando un modelo analítico es capaz de aprender, automodificarse y obtener conclusiones propias, es cuando hablamos de inteligencia artificial. En el ámbito del fútbol, la revolución viene con el Computer Vision: ciertos sistemas y robots son capaces de identificar qué está pasando en el campo de juego y trasladarlo a datos. Así se puede tener información de todos los partidos y entrenamientos sin nada más que grabarlos”.

Por último, los entrevistados dejaron sus consejos para los interesados en esta temática: “Este es un camino de no retorno. Nunca hay que dejar de aprender, no sólo en el periodo educativo. La tecnología es muy cambiante, pero siempre para mejor. Con una buena formación y herramientas, esos cambios resultan más sencillos de atravesar. La tendencia es que los avances faciliten la vida de quien interactúa con esa tecnología”, dijo David. Mientras que Lucas recomendó tener en cuenta tres palabras: “colaboración, networking y formación. Es decir, aprender del otro. La interacción tiene un gran valor: genera evolución y nuevo conocimiento, debido a los distintos puntos de vista y a las experiencias individuales”.

Manuel Maliandi – Zona Mixta – INNOVA